«El guapo d’en Narcís» es una instalación efímera para Girona Temps de Flors que busca redescubrir las cualidades espaciales del lugar, fomentar las miradas cruzadas y crear un tablero de juego basado en la experiencia estética del reflejo.
En el vestíbulo del Col·legi d’Arquitectes de Girona se instala una gran mesa de acero de 3 mm de grosor con una concavidad llena de agua, que produce un efecto espejo reflejando el cielo a través de la claraboya, y en él, una reproducción del Narciso de Caravaggio. A los visitantes se les pide que interactúen, generando un pequeño narciso de papel y añadiéndolo a la mesa-balsa. En el proceso, al igual que Narciso, él y los múltiples usuarios del espacio se ven reflejados en el agua.
«El guapo d’en Narcís, otro, no el gerundense, paseando encuentra una oscura balsa. En ella contempla el reflejo de su rostro y se enamora. Se enamora tanto de la belleza que no es capaz de entender que no es más que una imagen. Y se mira. Se encanta. Se observa tanto que su mundo desaparece y él se ahoga en sí mismo. Queridos visitantes, acérquense a hacer una ofrenda a Narciso. Conózcanlo al mirar la balsa: a él, a ustedes y al cielo de mayo».